Cuando tomas Consciencia del poder del sufrimiento
en la vida, puedes por fin dar las gracias por él, puedes empezar a sentir de
nuevo paz, a conectar profundamente contigo mismo/a, a sentir la Paz que
realmente Eres, el Amor que realmente Eres, la Serenidad y Consciencia que
realmente Eres. Por fin podrás empezar a reconciliarte contigo mismo/a, con los
demás, con el mundo.
Puedes haber aprendido mucho del sufrimiento,
crecer como persona, como ser humano, como Yo Soy, como ser espiritual y entregarte a tí mismo todo ese conocimiento
con Amor, todo ese aprendizaje con Amor; Entregárselo también a tu alma a tu
espíritu y a la Fuente.
Puedes aprender con él a desapegarte un poco más de
este mundo, a que las personas van y vienen en un continuo fluir, en un
continuo cambio y eso debe ser así y está bien.
Te puede llevar a aprender a valorar un montón de
cosas que antes eras incapaz de ser consciente de ellas, a vivir cada instante,
cada segundo, a apreciar un rayo de luz, a apreciar tu respiración, tu
PRESENCIA.
Puedes incluso empezar a divertirte conociéndote
un poco más, a tomártelo como un juego, como una diversión en la que te sientes
como un niño o niña explorando tu mundo interior, y cada vez que accedes a él,
descubres lo maravilloso que eres, lo maravilloso que es realmente el ser
humano y el potencial que tiene.
Puedes sentir soledad pero, de una manera
diferente. Queda mucho por hacer, quedan muchas personas aún que necesitan
conectarse con la vida, conectarse a su Presencia. Quizás simplemente tengas
que estar conectado a la tuya para crear ese espacio para que otros puedan
hacer lo mismo.
Puede que siempre hayas estado buscando qué hacer,
cómo ayudar a los demás, qué hacer con tu vida, y simplemente tenías que dejar
de buscar, sólo sentir, sólo encontrarte, sólo estar en paz contigo mismo/a,
saber quién eres, estar en el eterno presente, en PLENA CONSCIENCIA, y así cada
segundo, cada instante, estarás haciendo lo que tienes que hacer. Es así de
simple, todo lo demás vendrá con fluidez, porque lo que no es fluido, es un
error, no proviene de nuestra verdadera esencia, proviene de nuestro ego y por
lo tanto abre las puertas al sufrimiento.
Cuando eres consciente y estás en presencia, todo
fluye, todo Es, todo es perfecto y estás en ese momento haciendo lo que tienes
que hacer, no hay que buscar nada más, lo demás son experiencias humanas, son
modos de proyectar lo mismo a través de cualquier trabajo que elijas. No es sino
una manera de proyectar la Presencia, la Consciencia, el Amor.
Nos ponemos muchas cargas en nuestro camino,
que incluso nos hacen sentir bien porque
nos acostumbramos a ellas e inconscientemente nuestro ego lo busca, se
satisface con ello, aunque sea a través
del propio después sufrimiento.
Si queremos deshacernos de los continuos
pensamientos, de nuestros egos, de nuestra mente, tenemos que PARAR EL TIEMPO y
simplemente SER, estar, ser CONSCIENCIA PLENA … respira …
… respira …
No hay tiempo.
No hay mente.
Sólo es lo que debe ser, que es lo que siempre ha
existido, lo que siempre existirá, la única verdad, todo lo demás son egos.
Simplemente aleja el tiempo de tí y alejarás tu mente y alejarás el ego, pero
siente, escucha cada instante, observa lo que sientes en cada situación, en
cada momento, en cada persona con la que te relaciones, cómo te sientes… Simplemente
observa y aprende de ti y ríe.
Durante mucho tiempo has estado pensando así, has
estado sintiendo así. Tu cuerpo y tu mente simplemente actúan del modo que
aprendieron, no los culpes, utiliza tu mente como poderosa arma sólo a tu
favor, cuando lo necesites, para lo demás apártala, simplemente SE, existe.
También puedes haberte dado cuenta de lo que
implica la amistad. Realmente la amistad sólo existe en el presente. En el
presente todos pueden ser amigos, o no, …ummm…jaja…
Cuando sientas a alguien como tu amigo, siéntelo
en el presente, no te aferres a nada más, porque es lo único que existe, la
amistad del presente. Si te aferras a alguien o a algo, vas a querer siempre
algo de esa persona, vas a querer que te esté dando siempre aquello a lo que
realmente te aferras, que no es a la persona, sino a lo que la persona realmente
te aporta a tí, que es una necesidad, y eso es ego. Si actúas así sufrirás, te
decepcionas.
Hay que saber también, encontrar el equilibrio
entre el dar y el recibir. Sólo da cuando sientas que debas hacerlo, en el
momento presente, no estés siempre pensando en que tengas que dar algo, porque
no es así. Date tiempo a tí mismo o misma, cuida de tí. Cuidándonos a nosotros
mismos, dándonos tiempo a nosotros mismos, siendo presencia de nosotros mismos,
pensando en nosotros mismos, ya estamos dando a los demás.
Cuida de tu energía, hay que cuidar de nuestra
energía, es muy importante, no se puede regalar sin más, …, siempre tiene que
haber un equilibrio, una contraprestación; si no la hay nos sentimos mal,
cansados, desgastados e incluso culpables.
Si estás centrado en el presente, actúa desde ahí
cuando tengas que hacer algo por alguien y recibe a cambio tu contraprestación,
porque en la vida todo es un flujo de dar y recibir, de un compartir. Si no es
así, te sentirás cansado o agotado, te estarás equivocando.
Hay que permitir que los demás también tengan su
espacio, permitir su evolución, su aprendizaje, permitir su sufrimiento, su
dolor, su tristeza, su angustia, su enfermedad. Hay que estar ahí para apoyar,
para ayudar, para dar ánimos, pero no para decaer, así no ayudamos a nadie, eso
es fruto de nuestro ego, no de nuestra consciencia. Cuando aceptas el proceso
de otra persona sin interferir y sin ser una carga más para esa persona, ni esa
persona una carga más para tí, realmente estas amando profundamente a esa
persona, y al Universo, y al proceso.
Después de tu aprendizaje a través del
sufrimiento, puedes empezar a estar de nuevo bien, a estar en paz contigo mismo/a,
a estar más tranquilo, sentir en cada momento tu enfado, tu alegría, tu
tristeza, sin sentirte culpable por ello, ser observador/a, ver cómo esa
programación, está dentro de tí y es tu ego el que habla, sonreírle y seguir
adelante…
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