Por
Jennifer Hoffman
Durante años he
estado escribiendo sobre el perdón
y de cómo éste es enérgico y no
emocional, de cómo
es necesario el
perdón para cruzar el puente de 4ª
dimensión hacia dimensiones
superiores, y de cómo nos permite liberar a nuestros socios kármicos,
y los
contratos con almas cercanas y
ciclos kármicos. Pero todos nos quedamos
atascados en alguna parte de ese proceso,
ya que comenzamos con intenciones poderosas que se desvanecen cuando
nos encontramos cara a cara con nuestros
socios kármicos y revivimos el dolor
de nuestro karma. A pesar de que entramos en estas
situaciones queriendo perdonar
y liberar, nuestras emociones se apoderan y
queremos la redención, para saber que se
arrepienten de sus acciones y están dispuestos a expiar el dolor que nos
han causado.
Queremos confiar en ellos, queremos una nueva verdad acerca de nosotros mismos, la cual pensamos que ellos nos pueden dar, y nos conformamos con una solución de compromiso mientras nuestro perdón adquiere condiciones que nos mantienen en nuestros ciclos kármicos.
Queremos confiar en ellos, queremos una nueva verdad acerca de nosotros mismos, la cual pensamos que ellos nos pueden dar, y nos conformamos con una solución de compromiso mientras nuestro perdón adquiere condiciones que nos mantienen en nuestros ciclos kármicos.
No es fácil perdonar a alguien que nos ha herido, y liberar toda la situación sin mirar hacia atrás en lo que podría haber o hubiera sido si ellos hubieran sido diferentes. Dependiendo de qué tan involucrado emocionalmente estamos, o lo mucho que esperamos de esa persona, la línea entre el perdón y la redención se desdibuja pues nos paramos en la posibilidad del perdón y queremos darles una oportunidad más para 'hacerlo bien' o adoptar la superioridad moral, antes de dejarlos ir. Pero estamos haciendo esto para nosotros, no para ellos, porque queremos el reconocimiento de nuestra propia verdad - que merecíamos de ellos algo mejor.
Pero esta vida es como todas las otras vidas, donde nuestros socios kármicos se adhieren a su propósito, para hacer lo que haya que hacerse para crear el espacio energético para nuestra sanación y transformación, conduciéndonos a nuestra liberación del karma a través del perdón. Pero ignoramos este potencial porque nuestro ego herido desea validación, quiere que ellos jueguen bien, sean amables, y muestren consideración por nuestros sentimientos.
Queremos ser capaces de confiar en ellos y por eso, necesitan redimirse, ser agradables y no hacer lo que sea que hicieron en el pasado. Así creamos oportunidades de redención y hacemos nuestro perdón condicional de si alguien está dispuesto a cambiar.
La necesidad de redención es real y poderosa, basada en nuestra profunda herida y en nuestro deseo de saber que somos dignos de amor, bondad y compasión. No vamos a encontrar esas cosas a través de la redención, pero podemos crear sanación y liberación a través del perdón. La energía polar del perdón es el resentimiento; la energía polar de la redención es la aceptación. Si somos capaces de construir nuestro amor propio y valía hasta el punto en que podemos ser energéticamente "a prueba de balas”, aceptar las acciones de nuestros socios kármicos como su verdad, y dejarnos ir, el amor, la alegría, la paz, la bondad, la compasión, y la validación que buscamos será nuestra, en las nuevas relaciones con nuevos socios libres de karma.
http://enlighteninglife.com, Traducción: Marcela Borean , Difusión: El Manantial del
Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm
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