Se acerca ya la Semana Santa y quiero publicar de nuevo un post que escribí hace un tiempo y que está relacionado con estas fechas y es relativo a nuestros propios Judas Personales. Todos en la vida tenemos uno que cambia el curso de nuestra historia personal, aunque para muchos pueden aparecer a veces otros pequeños Judas que nos irán enseñando el camino de la liberación.
Me marcho en estas fechas unos días de vacaciones, así que estaré un tiempo alejada de las redes sociales.
Paz y Luz para todos
Angélica G.
TU JUDAS PERSONAL
Muchas personas en nuestra vida, sobre todo los
que hemos emprendido el camino espiritual, que no es sino por naturaleza el
propio al que está llamado cada ser humano, nos encontramos en algún momento de
nuestro camino con nuestro Judas Personal.
Es aquella que persona que tras una irreal
condena, finalmente nos llevará a la muerte y liberación más absoluta.
Probablemente con ella, ya establecimos un contrato previo de aprendizaje o se
nos presenta como la persona idónea que compartirá parte de nuestro camino para
establecer un pacto de aprendizaje. Este, no será indiferente en nuestra vida
cuando llegue el momento de que se cumpla, pues probablemente será un punto de
inflexión a un nivel tan profundo que sentiremos morir y a partir de ese
momento renacer. Desde esa resurrección, nada volverá a ser igual y el mundo
tal y como lo percibíamos dejará de existir, pues el plan se habrá cumplido.
Nuestro Judas Personal, será un alma menos evolucionada a la que necesitaremos para que nuestro aprendizaje pueda darse y a su vez que ella pueda aprender también de nosotros, garantizando así nuestra salvación y la de ella.
Con probabilidad, tu Judas Personal será alguien
cercano a ti como un amigo, familiar, compañero,… con quien mantengamos algún
tipo de vínculo emocional para que el aprendizaje pueda darse más plenamente.
Tiene un papel muy importante y a la vez difícil que jugar, pues será nuestro
verdugo que hará que suframos, sentiremos que nos ha hecho daño y la finalidad no será otra que sacarnos del
sufrimiento.
Nos sentiremos quizás vendidos, traicionados, sin
entender los motivos de esa persona para provocarnos ese dolor y en medio de
todo ese revuelo emocional en el que nuestros egos salen para morir, puede que
veamos a esa persona sólo como un verdugo sin sentimientos ni moral dispuesto a
hacernos daño sin ninguna razón y la juzgaremos, pues sólo desde el ego del
juicio podemos comprender y justificar o justificarnos a nosotros mismos tanta
“maldad y daño” y a la vez buscar en ello el refugio para sentirnos mejor y no
responsabilizarnos de nuestra actitud o emociones ante ello y de nuestra propia
evolución y aprendizaje. Nosotros somos “los buenos”, nuestros Judas Personales
pensaremos son “los malos”. Cuando nos
encontramos en los primeros estadios de este aprendizaje mútuo en el que
realmente ambos cumplimos nuestro plan, probablemente sólo podemos sentir
sufrimiento sobre todo si el dolor es intenso y es una oportunidad para que
nuestros egos salgan a la luz; muchos dolores del pasado que no sanaron pueden
salir ahora para por fin liberarnos de ellos y pueden que salgan de golpe como
en una fuerte explosión desde nuestro
interior pues ya no pueden permanecer más dentro, y quizás sintamos unos de los
mayores dolores de nuestra vida sea de una forma u otra el modo en que se
manifieste acorde a lo que debamos aprender y puede que volvamos a juzgar de
nuevo esta situación como injusta, pues sólo parece que nosotros sufrimos
mientras que nuestro verdugo nos lleva a una ejecución que parece casi segura; podemos
caer en la desesperación más profunda, angustia e incluso depresión. Nuestro
Judas Personal nos lleva así a la muerte, la del miedo, la del ego.
Nuestro dolor, sea emocional, físico o incluso espiritual, será mostrado a los demás e incluso alguno a su propio Judas, como garantía y pasaporte de nuestra salvación y de su perdición, mostrando con ello al mundo (desde el ego aún no sanado) que esa persona debe ser condenada por su agravio e injusticia, y lo que estaremos haciendo sin tomar consciencia de ello es juzgando que ella es “peor que nosotros” y como tal estamos en posesión de poder emitir juicios de valor sobre ella y con ello lo que estamos expresando es que aunque no somos tampoco perfectos desde luego sí mejor que ellos y por ello nuestros Judas recibirán y deberán recibir por ley su castigo desde el Universo, deberá recibir lo mismo porque es “lo justo”. De este modo realmente lo que estamos diciendo, es que estamos en posesión absoluta de toda la verdad de lo que acontece, que no hay un plan ni una visión mayor detrás de todo ello , esa que nuestra mente fraccionada no puede ver, debido a que nos acostumbramos a la dualidad en la que todo es blanco o negro, bueno o malo, negativo o positivo. Estamos siendo el Dios que castiga con ira y poniendo a esa persona ante los ojos de los demás y de ella misma como no merecedora de nada, la privamos de su divinidad pues no estamos viendo la verdad oculta que también es ella, y de poder mostrar que esa persona vea cuál es realmente su verdadera naturaleza y la verdad, esa que la apartaría de la oscuridad y sólo podría llevarla de nuevo a la luz. Juzgando a nuestro Judas Personal, perdemos el reconocimiento de nuestra divinidad y la suya, perdemos el aprendizaje y la salvación de ambos.
Pero esto es sólo una parte del proceso que nos llevará a la resolución final del plan y la resurrección.
Después de todo esto, pueden salir a la luz nuestras oscuridades más profundas, nuestros miedos, ira, rabia, frustración,… y toda clase de emociones y energías densas que fuimos arrastrando con nosotros en situaciones pasadas que no pudimos sanar, porque es hora de que mueran, de dejarlas en la cruz.
El juicio nos seguirá acompañando hasta que seamos
conscientes del plan elaborado para nosotros y para nuestro Judas y seamos
capaces de dejar morir todo el sufrimiento y abrazar nuestra salvación.
Podremos quizás juzgarnos por sentir ese dolor, ese sufrimiento, por sentir
miedo, por sentirnos vulnerables, por no ver más allá, sentirnos defraudados,
abandonados en un planeta extraño de dolor sin sentido, en el que nos resulta a
veces difícil respirar, no saber si merece la pena la lucha porque te has
perdido dentro del propio dolor, por querer morir ya en nuestra propia cruz
creada hasta que nos sumergimos en las profundidades del origen, de lo que es
realmente la caída, de sentir la separación profundamente y ser consciente de
en qué consiste realmente. Es como pasar por la noche oscura del alma en la que
sientes la separación más absoluta, Sientes enojo y realmente es contigo mismo,
porque no puedes reconocerte, no puedes ver quién eres y esto provoca enfado.
El enfado y el enojo pasará sólo cuando puedas mirarte a los ojos y verte. Esta
tremenda oscuridad en la que te encuentras no es sino la parte oscura que
habita en tí, la que te llevará a no soportarla y dejarla en la cruz para la
salvación de ambos. Es la herramienta poderosa que te llevará a la Luz.
Al estar en esta noche oscura del alma, tu vibración energética desciende enormemente, aunque tu parte divina, tu Yo Divino sabe que todo eso es mentira y deja que sigas creyendo esto para que se cumpla tu plan y el de tu Judas Personal, que jugó a hacer que te vendía, pues no se puede vender lo que no te pertenece, y a Dios no se le puede arrebatar nada que a él le pertenezca, es imposible, pues desde el principio todo está planeado y dispuesto para que lo que es suyo vuelva a Él y así será y Es, nunca está incompleto y tanto tú como tu Judas pertenecéis a Él, y en verdad ya todos somos UNO en Él.
Mientras dura el plan y está inmerso aún en los egos, estas en una energía más densa y así sintonizas con energías más densas también de miedo, temor, ansiedad, depresión,… pues tu mente fragmentada que no comprende bien el proceso te hace permanecer en esas emociones y energías y te crea la ilusión de no poder salir de esa oscuridad y quizás sientas enormemente la necesidad de partir y poner fin al sufrimiento, con lo que sólo ves oscuridad al meterte más en el miedo y la desesperación. Sientes que no puedes controlar nada y que perdiste el poder sobre ti; el miedo a la pérdida de control sobre las cosas, es un ego poderosísimo que te puede atar y atrapar como en una tela de araña, pues estamos acostumbrados a crear equilibrio en nuestras vidas a base de controlar todo y que no haya demasiados cambios. Aprendemos a actuar como máquinas en las que controlamos lo que debemos hacer cada segundo de nuestro día sin que haya cabida para pararse y mirar al mundo, respirar y simplemente observar y estar y Ser. Esto nos lleva al estrés, la enfermedad y la depresión y sin embargo nos da miedo salir de aquí y preferimos crear una cruz que arrastrar, pues fue lo que nos enseñaron, a volvernos borregos y a veces es difícil salir del estado de domesticación, porque realmente en el cambio y en el movimiento nos encontramos y evolucionamos, y eso quien controla el poder y el mando no lo quiere.
Nos equivocamos al caer en el miedo y creer que no podemos hacer nada más que cargar con la cruz, pues con este pensamiento nos apartamos realmente de Dios y de quienes somos, pero necesitamos creer esto para aprender que en la Luz la sombra no puede penetrar ni estar y que a Dios no se le puede dañar. Puedes creer en la ilusión de que la Luz es menos poderosa que la oscuridad, te crees oscuridad y por eso la Luz no puede manifestarse para que sueltes tu cruz y venzas la muerte y hacer desaparecer toda sombra. Estás permitiéndote ser oscuridad en vez de ser luz, pero ¿cómo podrías de otro modo reconocerla y distinguirla de la Luz? ¿cómo podrías si no saber lo que Eres y no desear otra cosa? ¿cómo podrías si no descubrir la mentira y disolverla?
Después de pasar todo esto puede que pases un periodo en que parece que te quedas “parado” más o menos largo, dependiendo del tiempo en el que sigas jugando al engaño y quieras jugar a ser un Dios castigador aunque no seas plenamente consciente de ello, pues tu mente fragmentada es la que te suele dirigir con frecuencia en este periodo y necesitas seguir así para que el mundo pueda ver el horror que cometió tu Judas Personal y pueda ser castigado y que él mismo vea cuáles han sido sus horrorosos actos y quede marcado y atado ante tus ojos y los suyos a la condenación. Realmente le estás diciendo “soy mejor que tú, mira lo que has hecho, has perdido tu divinidad y tu derecho a volver a la luz, pues ya te has condenado”.
En algún momento de este proceso puede que sientas que no puedes más con todo esto, no puedes contigo mismo así en ese estado, no quieres seguir sintiendo todo eso y vivir así, no puedes más con el parloteo de la mente y no puedes seguir de ese modo, no puedes aguantarte más a ti mismo y tu mente empieza a callarse; entonces es el momento para ir más hacia tu interior y conectar de nuevo contigo. Puedes pasar incluso horas en ese estado de estar en silencio interior conectando con tu esencia, con quien eres sin querer nada más ni importar el exterior, pues sólo ahí parece que la Verdad se manifiesta y lo que realmente Eres. En tu interior puedes encontrar el espacio seguro en donde te reconoces y puedes conectar con Dios, y entonces ver desde una consciencia superior todo el proceso real en que el plan ha consistido y por fin ser consciente de ello, puedes dar gracias por todo lo aprendido, ver la magnificencia y el Amor que se esconde detrás de todo ello y puedes amarte profundamente y sentir compasión por ti mismo y por la persona que ha jugado contigo a ser tu Judas, a no ser tu hermano, pues realmente ha sido tu compañero de camino en este plan; esta persona no ha sido más que un instrumento que ha jugado un papel difícil arriesgándose a que no vieras la divinidad que hay en él, a no recordaras que es tu hermano en el proceso, a que no reconozcas el Amor que hay en verdad detrás de todo este plan y que no honraras el papel que ha desempeñado en tu aprendizaje. Cuando tomas consciencia de todo ello, comprendes la mentira en la que creías que vivías de oscuridad, sientes un profundo Amor por todo, comprendes de una forma más expandida quién eres y quiénes son los demás y de este modo sueltas todo el dolor, el sufrimiento, la ilusión, el engaño, sabes que eres la Luz y que la oscuridad ya no tiene cabida en ti, has sentido la caída, la muerte, pero ahora eres consciente de que esto no existe y no tiene razón de ser seguir en una cruz y seguir muerto. Puedes agradecer el plan aunque haya estado lleno de dolor y decides por fin soltar la cruz liberándote de ella y liberando a tu Judas de seguir siendo señalado por su “pecado”, le liberas de seguir siendo tu verdugo. Detrás de ese papel que jugó, se encuentra el ser divino que Es, aunque aún no se haya reconocido, y al liberarle abres el camino para que pueda ver la luz que realmente es y volver a ella, abres las puertas de su liberación y de su resurrección, de su despertar, así os liberáis mutuamente de seguir jugando el papel que interpretabais y de seguir en la oscuridad. Ahora hay un nuevo amanecer para ambos.
El plan así se realiza y ya no es necesario que os sigáis acusando. Renaces de la muerte, resucitas a la Verdad y a la Luz, has dado un salto importante en tu evolución y tu Judas ha dado el suyo, pues también le servirá para evolucionar aunque no sea consciente de ello. Todo se cumple y se cierra más allá de lo que puede ser visto simplemente por los ojos.
Ahora con Amor ya puedes apartarlo de tu camino y
pedir a Dios que lo aparte definitivamente de ti. Ya cada uno seguirá su propio
camino y evolución sin jugar a ese papel nunca más. Pide por él, pues realmente
necesitará Amor y Luz para continuar su camino y recuerda que algún día ambos estaréis
de nuevo con el Padre siendo hermanos.
Has resucitado, el Amor te inunda, la vida ya no puede ser vista con los mismos ojos, la ves con el corazón y puedes ver la belleza y el Amor en lo que te rodea y disfrutas de cada instante, quieres todo lo que significa Amor y Vida pues es lo que hay en ti y puedes ver brillar la Luz de Dios en ti y en donde antes veías oscuridad. Tu mente está más tranquila y callada,… vislumbras la Paz y sólo deseas alcanzar de forma permanente la Paz de Dios, pues sabes que es la única verdad. Lo que viviste es mentira y la muerte te ha llevado a la Salvación.
Angélica G.
Hola Angelica, siempre hay algo o alguien que esta para hacernos descubrir mas sobre nosotros mismos o para enseñarnos una importante leccion. Hay que recordar que es un reflejo de nosostros mismos diciendonos algo que estamos preparados para saber y asi poder resolverlo y dejarlo atras. Me alegro de haber encontrado tu blog tambien. Disfruta de tus dias de descanso. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy cierto Miriam.
ResponderEliminarGracias y un abrazo también para tí
Lo importante es encontrarnos con uno mismo y no dejar que el miedo nos impida ser lo que somos.Un Fuerte ABRAZO
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