Si realmente queremos cambiar las cosas y el mundo
que nos rodea, debemos empezar por nosotros mismos, ser responsables de
nuestras propias creaciones y ver qué hay fuera que no nos gusta en nosotros
mismos.
Os dejo una sencilla historia que nos puede ayudar a aprender a responsabilizarnos de nosotros mismos y así empoderarnos, en vez de caer constantemente en el victimismo y/o sólo enjuiciar constantemente lo que no nos gusta de otros o lo que vemos fuera...
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