Cuando me permito SER,
YO SOY QUIEN YO SOY en el
Ahora
Cuando nos dejamos arrastrar por el ruido
incesante de nuestra mente y cuando llegamos a identificarnos con esa voz que
unas veces nos susurra, otras parlotea y en ocasiones grita incesantemente, vamos
ahogando nuestro verdadero SER y no dejamos que este haga acto de Presencia.
Este es el estado en el que se encuentra la
mayoría de las personas, en el que piensan que quien habla, a quien escuchan
incesantemente, no es sino a ell@s mism@s, no saben separarse de esa voz a la
que por supuesto, siguen sus dictados y creen lo que les cuenta sin plantearse
nada más, sin cuestionarse nada, pero es hora de tomar consciencia de quién
habla realmente, de quién está tomando las decisiones en nuestra vida, quién
dirige nuestros pasos… despertar.
Es hora de comenzar a comprender que no somos esa
voz que escuchamos a diario y que no cesa de darnos instrucciones de cómo
debemos actuar, cómo pensar, cómo hablar e incluso de cómo sentir… es hora de
comenzar a separar nuestra identificación de quienes somos con ella, pues no
somos esa voz, somos algo mucho más grandioso, perfecto y bello, no somos los
pensamientos ni la voz de nuestra mente.
Es necesario ser conscientes de esto para poder
también comenzar a responsabilizarnos de nuestros procesos mentales, de lo que
pensamos, de lo que generamos y creamos con nuestros pensamientos, pues el
mundo ya tiene suficiente negatividad como para llenarla de más creaciones
negativas o de baja vibración generada por aquello que pensamos.
Nuestros pensamientos son condicionados. Nuestro inconsciente
nos programa para cómo debemos vivir, es un almacén repleto de ideas, de
impulsos, miedos , que como expuse en un post anterior, tiene toda la
información sobre hechos que ya hemos vivido y que actúa fielmente siguiendo
programas de lo que interpreta, en base a creencias, qué es lo que queremos, que
no tiene por qué ser lo que realmente nuestro verdadero Ser quiere o tiene como
propósito, pero que no podemos llegar a descubrir mientras no logremos separar
la identificación con él y así mientras, actuaremos y llevaremos una vida en
mecánico, sin cuestionarnos si quiera qué estamos creando.
Es hora como decía de
responsabilizarnos por lo que estamos creando, para generar un cambio externo,
debemos empezar a iniciar primero el interno. Toda lucha externa no es sino una
manifestación de lo que aún no tenemos resuelto con nosotros mismos, y toda
lucha, negatividad y conflicto del mundo, no es sino la identificación del ser
humano con esa voz condicionada que sigue, con esa identificación con los
propios pensamientos condicionados y la lucha de esa voz con la verdad del SER
no manifestado. Si realmente vamos siendo conscientes de las veces que nos
identificamos con lo que creemos ser en vez de con lo que realmente somos, y
aceptamos todas las creaciones negativas que a lo largo de los tiempos hemos
creado y que han quedado sembradas en el inconsciente colectivo, si nos
reconciliamos con nosotros mismos y perdonamos todo ese dolor y sufrimiento,
entonces estaremos preparados para elegir no crear más dolor y sufrimiento
fuera, para no crear más caos fuera y empezar a respetarnos y ser honestos con
nosotros mismos y ponernos en nuestro lugar, recuperar nuestro poder y dejar
libertad a los demás para poder recuperar el suyo, para ser quienes ellos también
Son y limpiar de sufrimiento todo el inconsciente de la Humanidad.
Podemos comenzar a
observarnos, ver cómo reaccionamos ante
las situaciones que se dan en nuestro día a día y los conflictos que a veces se
generan, pues no serán sino el reflejo del conflicto que hay en nuestro
interior y en el interior de las personas con las que interactuamos. Es estar
vigilantes, atent@s y alertas y observar sin juzgar… esto al principio puede
resultar difícil, pues estamos tan acostumbrados al enjuiciamiento que se da en
nosotros constantemente de forma inconsciente, que muchas veces ni siquiera sabemos
que estamos enjuiciando; simplemente si no somos capaces de aceptarnos, de
aceptar aquello que observamos y que se da en nosotros, ya estamos enjuiciando.
Se trata por tanto como decía de sólo observar, y quedarnos ahí, para no
alimentar aún más la carga emocional del hecho que se dé o llenarnos de más
negatividad con nuestros pensamientos si entramos a trapo en el conflicto. Y si
hemos entrado de lleno en ello, no pasa nada, reaccionamos como pudimos en ese
momento y esto nos servirá también de aprendizaje para ser más observadores la
próxima vez y aprender más acerca de nosotr@s. Se trata de observar qué hace
nuestra mente y haciendo “simplemente” (que es mucho) esto, podemos cada vez
ganar más Consciencia. Cuando reconocemos nuestros patrones mentales, y como
estos actúan bajo nuestros condicionamientos, debemos entonces ser cada vez más
responsables, como decía, de no contribuir a crear y generar más negatividad
para el planeta, no contribuir más a la disfunción colectiva creada por la
humanidad durante eones de tiempo. Todos los pensamientos de baja vibración
como son el rencor, la frustración, la ira, la mentira, la envidia, el engaño,
la traición … o el gran creador de este tipo de energías, “el miedo”,
contribuyen a la disfunción colectiva.
Cuando tomamos consciencia
de que esos pensamientos condicionados (por nuestra educación, familia, colegio,
doctrinas, cultura…) provienen de esa voz que escuchamos, de esos relatos e
historias que nos cuenta nuestra mente y que ella crea e inventa y vemos que
son dos identidades diferentes, que por un lado es lo que somos nosotros DE
VERDAD y por otro el parloteo que puede incluso generarnos ansiedad, estrés, malestar
físico y emocional porque lo que nos dicta a veces sentimos en lo más profundo
de nuestro ser que va en contra de lo que realmente queremos o sentimos,
estamos entonces despertando y se genera también el gran despertar de la humanidad.
Tenemos que tomar consciencia de
cuáles son nuestras programaciones y condicionamientos para poder
neutralizarlos y dar paso así a llevar una vida más fluida.
En este proceso a veces
esos pensamientos, esa voz vuelve de nuevo a nuestra cabeza y es normal, son
muchos años de condicionamiento y la mente no quiere que dejemos de seguir sus
dictámenes, se ve atacada, y sólo lograremos ir ganando Consciencia y Presencia
observándola sin más, dándole las gracias por todos estos años que nos ha
estado guiando y hemos sobrevivido con lo que nos contaba porque no sabíamos
hacerlo de otro modo, pero ahora nos hemos reconocido a nosotros mism@s,
sabemos que somos nosotr@s quienes dirigimos nuestra vida y no ella y es lo que
queremos, y la seguiremos utilizando cuando la necesitemos como la maravilla
que también es, porque forma parte de nosotros y siempre lo será porque además
la necesitamos, pero el mando lo tenemos ahora nosotr@s. No debemos negarla y
los pensamientos que como decía pueden reaparecer o enfadarnos por ello o creer
que estamos “retrocediendo” en nuestro proceso espiritual, esto sólo nos
llevaría al victimismo y a la pérdida de nuevo de nuestro poder y de gran
energía que no es necesario, sólo aceptando y siendo simples observadores de
nuestros pensamientos, sensaciones y emociones, la fuerza de los
condicionamientos irá disminuyendo y seremos cada vez “más transparentes”.
Ya
sabremos que esa voz no somos nosotros y actuaremos y crearemos desde lo que
SOMOS de Verdad y de este modo, dejaremos de alimentar la disfunción colectiva.
Angélica Galeano
El pensamiento, la mente, necesita seguridad para operar; de manera que rehúyen de lo nuevo, lo desconocido. Por lo que están presas del pasado, que es lo único que conocen.
ResponderEliminarAsí que la mente misma vive atrapada dentro de su trampa; y hasta que no lo vea como un hecho que es -con todo el dolor, el desorden, la anarquía que genera-, seguirá presa creyendo que vive correctamente. Y en realidad, es así como vivimos: diciendo una cosa pero haciendo otra; lo que quiere decir, que no lo vemos tan claramente para descartarlo radicalmente.