Comenzamos el
último mes del año, año de profundos aprendizajes y cambios, que nos han
llevado a revisar profundamente nuestra forma de vida, nuestras relaciones,
nuestra forma de pensar con respecto al mundo y con respecto a nosotros mismos,
qué papel jugamos en todo este juego que vivimos, e intentar descubrir más
acerca de nosotros mismos, de quiénes somos en verdad e intentar ser más
honestas en nuestra vida con lo que realmente sentimos y SOMOS.
Se ha estado
forjando un Yo más refinado, más sutil, y hemos ido aprendiendo muchas veces a
través de duros aprendizajes, que a veces nos han llevado hasta el límite de
nuestras fuerzas, y en otras hemos podido sentir que íbamos a ser sepultados
por grandes oleadas de energía que nos han ayudado a evolucionar, incrementadas
con los diferentes portales energéticos que han tenido lugar durante todo el
año junto a una gran actividad solar.
Ha sido el
año en que las máscaras se han ido cayendo, el viejo paradigma ya no funciona y
hemos tenido que ver de frente todo lo que permanecía oculto en nuestro
interior y también fuera. Las máscaras de la sociedad, de la economía, de la
política, de la cultura, de la educación,… han caído porque ya no resonaban con
el nuevo ser que está emergiendo, con el nuevo ser humano despierto cuya
consciencia le permite ver un panorama más completo de lo que se puede observar
a simple vista, de lo que nos han hecho ver hasta ahora, manipulados por el
miedo. Pero también hemos podido ver como decía, nuestras propias máscaras,
nuestras propias sombras y egos, pues estas han salido con fuerza a la luz. Mucho se ha liberado y limpiado, tanto de nosotros mismos como del inconsciente colectivo y de las viejas heridas y dolor de la humanidad y de Gaia.
También hemos sentido el inicio de una profunda limpieza de energía distorsionada del femenino y del masculino por la humanidad, que nos ha llevado a un profundo dolor a lo largo de la historia entre el hombre y la mujer. Ahora está retornando la energía del femenino de nuevo a la tierra, y esto está removiendo muchas estructuras mentales y emocionales, y provocando una gran limpieza también en nuestra memoria celular. Está dando lugar a un hombre y a una mujer más divinos, perfectos y equilibrados, en el que viejos dolores se están liberando, renaciendo un ser humano más perfecto, más unido a su condición divina y amorosa natural.
Todo lo que
no estuviera realmente alineado con nuestro mayor propósito en estos tiempos,
ha salido a la luz. Ya resulta casi imposible mantener un estilo de vida que
vaya en contra de nuestros principios, de nuestro ser interior verdadero, de
nuestro YO SOY QUIEN YO SOY, hemos tenido que recalibrar nuestra energía una y
otra vez, adaptándonos a las nuevas energías y frecuencias. Nuestro ADN dormido
ha comenzado también a despertar, nuestra parte divina ha empezado a florecer
con más fuerza y hemos empezado a reconocernos a nosotros mismos y a vislumbrar
la grandeza que realmente somos.
Hemos
empezado a reconectarnos de nuevo con la frecuencia de nuestro corazón. La
unión de nuestra mente con nuestro corazón ha sido también un proceso que nos
lleva a actuar desde el Amor que en realidad somos, nos dejamos guiar por la
brújula interior que hay dentro nuestro y que es nuestra maravillosa intuición.
Estamos empezando a escuchar desde el corazón a nuestra intuición, pues
realmente esta es nuestra verdadera guía, la que de forma natural permanece en
nuestro interior como fuente de sabiduría innata que nos conecta realmente con
nosotros y con nuestra parte divina. Hemos empezado a recordar de nuevo el
contacto con ella y a empezar a buscar las respuestas dentro de nosotros mismos
en vez de fuera. Este realmente supone un gran salto evolutivo. Hemos pasado de
pedir fuera la opinión de los demás, del mundo, para ver qué hacer con nuestra
vida, para que pudieran quedar resueltas nuestras preguntas sobre el mundo y
sobre nosotros mismos, a buscar las respuestas en nuestro interior. Ahora sólo
vale lo que nosotros sentimos como verdadero, y actuamos conforma a esto, lo
cuál exige una gran responsabilidad, pues nos hacemos responsables de nuestras
acciones, de nuestras decisiones, porque provienen de nuestro interior, de lo
que nosotros hemos decidido y sentido, lo que supone también alejarse del
miedo, nos hace más libres y recuperamos nuestro poder cedido por tantos años.
Cedimos
nuestro poder a nuestra familia, amigos, educadores, políticos,… a la sociedad
en general. Pero por fin decidimos recuperarlo. Es hora de que decidamos para
nuestra vida, lo que sentimos desde el corazón como verdadero para nosotros, y
ello sin juicios y sin miedo.
Ya no
queremos creencias limitantes, ni medias verdades, y esto también se aplica
para nosotros mismos. Ya no podemos dejar de ser honestos con nosotros mismos,
pues podemos sentirlo como muy pesado, insoportable, es una energía muy densa
para llevarla ya encima. Necesitamos expresarnos, vivir nuestra vida según
nuestra verdad, según la energía del corazón y toda actividad o forma de
pensar, sentir o actuar que vaya en contra de esto, ya no cabe en nosotros.
Estamos aprendiendo a actuar y pensar desde el corazón, y nuestras creaciones
también se dan desde el Amor y somos capaces de responsabilizarnos de ellas.
Nuestros
actos y creaciones reflejarán la verdad que somos y nuestro estado de
consciencia. Cuanto más actuamos desde el corazón, más posible es crear un
mundo de Amor para nuestras vidas y para el exterior.
Todos los
viejos paradigmas personales y colectivos han sido removidos, ya nada podrá
afortunadamente volver a ser lo que fue, el cambio ya comenzó, y este año hemos
ido aprendiendo a vivir en una nueva realidad y a saber más de nosotros mismos.
Hemos empezado a creer en nosotros y en que un modelo de mundo diferente es
posible y puede ser creado porque el que tenemos ya no nos sirve.
Ha sido muy
desafiante el soltar viejas estructuras, nuestra mente aún se sigue resistiendo,
se defiende pues actúa según la vieja programación y siente como amenaza actuar
de forma diferente a como lo hacía hasta ahora, navega por un territorio
desconocido, no vivido con anterioridad y lucha por mantenerse aún en
territorio conocido, intentando engancharnos a viejas emociones porque ahí sí
sabe cómo responder.
Se ha ido
formando un humano más evolucionado, más unido a su verdadera naturaleza y más
unido a Gaia, y el sentimiento de unión y hemos empezado a tomar consciencia
del significado real de Unidad. Realmente se ha producido una gran alquimia interior y mucho de lo viejo ha sido quemado, como un gran fuego interno que nos ha transformado.
Cada persona
ha recibido la energía y sus aprendizajes necesarios según su grado de evolución, para que
pudiera estar en estos momentos en el mayor grado evolutivo que acorde a su
vibración pudiera ser en estos momentos.
Por tanto cada uno está donde debe estar, y hay que tener en cuenta que es un proceso personal en el que cada
uno lleva su propio ritmo, el adecuado para esa persona, y que no podemos hacer
juicios ni comparar ni compararnos con nadie, pues todo está bien en nosotros.
Todos tendemos a la mejor versión de nosotros mismos, al mayor grado evolutivo
posible. Lo importante es seguir centrados en el Amor, esto hará que nuestro
proceso personal sea lo más fluido posible.
Estamos
aprendiendo a vivir desde la Libertad, desde la Luz, desde el Amor, la Gratitud
y la Compasión. Este es el verdadero y más importante CAMBIO y REVOLUCIÓN. Ha
llegado el tiempo en que ACTUAMOS DESDE LA ENERGÍA DEL CORAZÓN.Ahora sólo nos
queda continuar caminando con las alas bien extendidas…
Angélica
Es verdad que estamos sintiendo, cada vez mas, el continuo cambio de energía, ya que tenemos que soltar todo lo viejo, pues no nos sirve, por eso hay tantos cambios en el planeta,ya que tenemos que reencontrarnos con nuestro Ser en el estado mas puro. Un ABRAZO
ResponderEliminarAsí esYoSueño.
ResponderEliminarGracias por pasar por este espacio y compartir
Un Abrazo Amoroso para tí