Un guerrero de la luz
nunca olvida la gratitud.
Durante la lucha, fue
ayudado por los ángeles; las fuerzas celestiales colocaron cada cosa en su
lugar y permitieron que él pudiera dar lo mejor de sí.
Los compañeros comentan:
"¡Qué suerte tiene!". Y el guerrero a veces consigue mucho más de lo
que su capacidad permite.
Por eso, cuando el sol se
pone, se arrodilla y agradece el Manto Protector que le rodea.
Su gratitud, no obstante,
no se limita al mundo espiritual; él jamás olvida a sus amigos, porque la
sangre de ellos se mezcló con la suya en el campo de batalla.
Un guerrero no necesita
que nadie le recuerde la ayuda de los otros; él se acuerda solo y reparte con
ellos la recompensa.(…)
Un guerrero de la luz no
cuenta solamente con sus fuerzas; usa también la energía de su adversario.
Al iniciar el combate,
todo lo que él posee es su entusiasmo y los golpes que aprendió mientras se
entrenaba. A medida que la lucha avanza, descubre que el entusiasmo y el
entrenamiento no son suficientes para vencer: se necesita experiencia.
Entonces él abre su
corazón al Universo y pide inspiración a Dios, de modo que cada golpe al
enemigo sea también una lección de defensa para él.(…)
"Es curioso —comenta
para sí el guerrero de la luz—.
Cuánta gente he conocido
que en la primera oportunidad intenta mostrar lo peor de sí mismo. Esconden la
fuerza interior detrás de la agresividad; disfrazan el miedo a la soledad con
aires de independencia. No creen en su propia capacidad, pero viven pregonando
a los cuatro vientos sus virtudes".
El guerrero lee estos
mensajes en muchos hombres y mujeres que conoce. Nunca se deja engañar por las
apariencias y permanece en silencio cuando intentan impresionarle. Pero usa la
ocasión para corregir sus propios fallos, ya que las personas son siempre un
buen espejo.
Un guerrero aprovecha toda
y cualquier oportunidad para enseñarse a sí mismo.(…)
De aquí en adelante —y por
algunos centenares de años —el Universo ayudará a los guerreros de la luz a
boicotear a los prejuiciosos.
La energía de la Tierra
necesita ser renovada.
Las ideas nuevas necesitan
espacio.
El cuerpo y el alma
necesitan nuevos desafíos.
El futuro se transformó en
presente, y todos los sueños —excepto los que contienen prejuicios —tendrán
oportunidad de manifestarse.
Lo que haya sido
importante, permanecerá; lo inútil, desaparecerá. El guerrero, sin embargo, no
está encargado de juzgar los sueños del prójimo y no pierde tiempo criticando
las decisiones ajenas.
Para tener fe en su propio
camino, no necesita probar que el camino del otro está equivocado.
El guerrero de la luz sabe
que nadie es tonto, y la vida enseña a todos, aun cuando esto exija tiempo.
Él da lo mejor de sí, y
espera lo mejor de los otros. Además de eso, procura mostrar a todos los demás,
con generosidad, de cuánto son capaces.
Algunos compañeros
comentan: "Existen personas ingratas".
El guerrero no se altera
por oír esto. Y continúa estimulando a su prójimo, porque es una manera de
estimularse a sí mismo.(…)
El guerrero de la luz
recuerda un fragmento de John Bunyan:
"Aun cuando haya pasado por todo lo que pasé,
no me arrepiento de los problemas en que me metí, porque fueron ellos los que
me condujeron hasta donde deseé llegar. Ahora, todo lo que tengo es esta
espada, y la entrego a cualquiera que desee seguir su peregrinación. Llevo
conmigo las marcas y las cicatrices de los combates; ellas son testimonio de lo
que viví y recompensas de lo que conquisté.
"Son estas marcas y cicatrices queridas las
que me abrirán las puertas del Paraíso. Hubo una época en la que viví
escuchando historias de hazañas. Hubo otras épocas en que viví simplemente
porque necesitaba vivir. Pero ahora vivo porque soy un guerrero y porque quiero
un día estar en la compañía de Aquel por quien tanto luché".
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