Usando
de forma creativa un radiotelescopio, una estudiante de postgrado y su equipo
han detectado la existencia de tubos de plasma en las capas internas de la
magnetosfera que rodea a la Tierra. Durante más de 60 años los científicos
creían en la existencia de esta estructura, pero hasta ahora no se había
obtenido una evidencia visual.
Una científica australiana ha descubierto que
conductos de plasmas gigantes, invisibles y en movimiento, llenan los cielos
por encima de la Tierra.
Es un descubrimiento inicialmente abordado
con un grado de escepticismo considerable dentro del campo de la astrofísica,
pero una estudiante de la Universidad de
Sidney, Cleo Loi, de 23 años, ha probado que el fenómeno existe, en el marco de su galardonada
tesis de pregrado, que ha sido recientemente publicado en la revista
Geophysical Research Letters, informa el portal news.com.au.
Al utilizar un radio telescopio en la zona austral
del Occidente de Australia para ver el espacio en 3D, Loi ha probado que la
atmósfera de la Tierra está incrustada de estas estructuras de plasma
tubulares, de configuración extraña. Los conductos complejos, multicapas son
creados por la atmósfera al ser ionizada por la luz del sol.
“Durante más de 60 años, los científicos creyeron que estas
estructuras existían, pero al ponerlas en imágenes por primera vez, hemos
brindado evidencia visual de que realmente están aquí”,
dice Loi, del Centro de Excelencia del Consejo Australiano de Investigaciones
para la Astrofísica de Todo el Cielo (Australia Research Council Centre of
Excellence for All-sky Astrophysics, CAASTRO).
“Medimos que su posición sería de alrededor de 600km por encima de
la tierra, en la ionosfera superior, y parece que ellas continúan hacia arriba
hacia dentro de la plasma esfera.
Es alrededor de este punto que termina la
atmósfera neutral y estamos haciendo la transición al plasma del espacio
exterior.
Vimos un patrón sorprendente en el cielo
cuando bandas de plasma de alta densidad se alternaban limpiamente con bandas
de plasma de baja densidad. Este patrón flotaba a la deriva lentamente y se
alineaba hermosamente con las líneas del campo magnético de la Tierra, como una
aurora”, señala.
“Comprendimos
que podíamos estar en contacto con algo grande”.
El descubrimiento se produjo cuando Loi
utilizó el telescopio remoto, el Murchison Widefield Array (MWA) para mapear
grandes parches del cielo de una nueva forma.
Al separar las señales de las losas en el
este de las del oeste, los astrónomos le dieron al MWA – un conjunto de 128
losas de antenas distribuidas a lo largo de 9 kilómetros cuadrados en el
desierto – la potencia para ver en 3D.
“Esto es como convertir el
telescopio en un par de ojos y así fuimos capaces de investigar la naturaleza
3D de estas estructuras y observar cómo se desplazaban” dijo
Loi.
Fuimos capaces de medir el espacio entre
ellas, su altitud sobre la tierra y su inclinación pronunciada. Esto no fue
posible nunca antes y es una técnica nueva muy apasionante.”
"El
descubrimiento de las estructuras es importante
debido a que causan distorsiones de la señal no deseadas
que podrían, por ejemplo, afectar a nuestros sistemas de navegación
basados en satélites", declara.
Así Loi dijo que los tubos de plasma que flotan a la deriva pudieran distorsionar
los datos astronómicos, especialmente los que están basados en sistemas de
navegación por satélite. Y también puede
significar que necesitamos re-evaluar nuestro pensamiento con respecto a cómo
las galaxias, las estrellas y las nubes de gas se comportan y cuál es su
apariencia.
Tara
Murphy supervisora de Loi dijo que el trabajo de ésta era impresionante.
“Hay que otorgarle crédito a Cleo no solamente porque descubrió esto,
sino porque también convenció al resto de la comunidad científica. Como
estudiante sin un conocimiento previo al respecto, es un logro impresionante”,
dijo la Dra. Murphy, también de CAASTRO y de la Escuela de Física de la
Universidad de Sidney.
“Cuando ellos vieron los datos por primera vez, muchos de los colaboradores
de ella de mayor categoría pensaron que los resultados eran literalmente
“demasiado buenos para ser ciertos” y que el proceso de observación había de
alguna forma corrompido los resultados, pero en los próximos meses, Cleo logró
convencerlos de que estos resultados eran tanto reales como interesantes
científicamente”.
La
investigación de Loi se ha publicado en Geophysical Research Letters.
Fuentes: Manantial del Caduceo, http://actualidad.rt.com/ciencias/176491-video-estudiante-tubos-plasma-tierra
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