Ser buena
persona… cuántas veces escuchamos a lo largo de nuestra vida esta expresión. Y
si además le damos “un toque espiritual”, escucharemos y leeremos mucho acerca
de ser la mejor versión de tí mismo. (evidentemente esto no tiene nada que ver
con lo que es realmente la espiritualidad y que ya he tratado en posts
anteriores)
A través de seminarios,
libros y escritos de autoayuda, de crecimiento personal, de liberación
emocional o de supuesta índole “espiritual” entre muchos otros, se nos insta a
lograr ser la mejor versión de nosotros mismos, pues esto implica todo aquello
que está reconocido socialmente como alcanzar el éxito en nuestras vidas. Esto
como base fundamental tiene por supuesto el ser también buenas personas. Todo
está guiado a que nos comportemos y sigamos las directrices socialmente
adoptadas por creencias y percepciones de lo que se considera que es ser buena
persona. Todo el mundo por supuesto prefiere estar al lado de buenas personas,
porque nos hace sentirnos más seguros, más tranquilos, más cómodos, y en
consecuencia también más felices. Por tanto ese bienestar que nosotros
recibimos al estar en compañía de buenas personas, queremos nosotros también
poder causar el mismo efecto en otras personas, porque además creemos que incluye
el ser más queridas y apreciadas y nos esforzamos en seguir todas las pautas
necesarias sobre lo que moral, ética, social , espiritual e incluso
religiosamente en algunos casos creemos que es ser buenas personas.
Para aquellas
que no se conforman sólo con eso de ser buena s personas, y que empiezan a
plantearse su vida, lo que les gusta, lo que no, lo que les gustaría mejorar,
lo que les gustaría alcanzar, el éxito que les gustaría lograr, incluso cómo
podrían ayudar al mundo o a otras personas e incluso mejorarlo… comienzan a trabajar la
persona, todas sus emociones, miedos, conflictos, bloqueos… en mayor o menor
medida según la “consciencia de la persona”, para lograr ser esa mejor versión
mejorada de sí mismas y así alcanzar el éxito, supuestamente la felicidad y por
tanto el grado más alto que se puede alcanzar en esta vida, que es ser lo mejor
de lo mejor que ya éramos. Invertimos dinero y a veces mucho tiempo en todo
esto y nos enfocamos en aquello que queremos conseguir porque además hemos
aprendido que así atraeremos a nuestras vidas todo aquello bueno que nos
merecemos y que como lo creemos con fuerza y ponemos toda nuestra intención en
ello, lo atraeremos. Más y más para y por la persona y desde la persona…
Todo ello está
bien, y puede ser el comienzo de ir realmente hacia el camino de la Verdad, ser
un verdadero buscador pero… ¿realmente se da el siguiente paso o nos quedamos
en toda la teoría de la mejor versión de nosotros mismos? Es decir, ¿damos el
paso para saltar de la persona al Ser? ¿ nos quedamos sólo en la consciencia de
la `persona, que no deja de ser la identificación con la persona por muy
elevada que sea esa consciencia o emprendemos el camino hacia el reconocimiento
de la Consciencia en mayúsculas?
Generalmente las
personas se quedan en eso, en mejorarse como personas, intentan llegar a la
felicidad a través de la persona, mejorando algo que ya de por sí está
desvirtuado y habrá que estar mejorándola, sanándola y trabajando con ella toda
la vida, pues se basa en la ilusión de la mente y en todas sus proyecciones, y
si basamos nuestra vida en la identificación con esa persona, podremos llegar a
ser unas excelentes personas y que como decía para comenzar está bien, pero es
un punto y versión muy básica de lo que realmente somos. Somos mucho más que
esa figura exitosa en la que nos podemos convertir trabajando los aspectos de
la persona, lograremos ser una buena versión de algo que no es real. ¿por qué
no invertir entonces nuestro tiempo y energía en lo más auspicioso y lo
verdadero que podemos alcanzar en la vida que es el reconocimiento del Ser que
Somos?
Esto sólo puede
realizarse a través de la autoindagación y este camino es sólo para los
valientes y los verdaderos amantes y buscadores de la Verdad, aquellos que
ardientemente sienten en su corazón que hay algo más que este mundo ilusorio
que no les llena completamente y que les llevará realmente a la felicidad, que
no conseguirán trabajando y mejorando la persona, sino que reconocerán la
perfección que ya son y que no necesita más que ser experimentada y reconocida,
que no necesita ser trabajada, ni perfeccionada, ni mejorada… pero como digo
para eso hay que ser valiente. No te valdrá con pagar cursos de crecimiento
personal, porque aquí no se trata nada de la persona ni repetir frases y afirmaciones
positivas ni de autoayuda, se trata de ir hacia dentro y buscar lo que ya está
ahí y que ha estado siempre.
Continuamente
cada día somos bombardeados por las redes sociales con frases bonitas, lecturas,
consejos… y sinceramente me resulta difícil ver algo que resuene realmente
conmigo, porque todo va dirigido a alimentar más a la persona y al desarrollo
personal y de crecimiento personal, todo ello a fomentar ser mejores desde el punto de vista de la persona,
pero muy rara vez van dirigidas a señalar lo que está fuera de la persona, lo
que realmente merece la pena en esta vida y te llevan al reconocimiento de
aquello que incluso está más allá de la Libertad pues nunca ha estado
prisionera, que es lo que Somos. En
pleno siglo XXI las personas aún son ignorantes de quiénes son, siguen buscando
la felicidad efímera y nos preocupamos de buscar vida fuera de nuestro planeta
cuando no sabemos quiénes somos nosotros mismos…
¿Quién se atreve
a dar el paso de ir más allá de la mejor versión de sí mismos? ¿quién se hartó
de la persona lo suficiente como para poder realmente despertar y sentir el
fuego del deseo de la verdad en su corazón y a través de la autoindagación
poder emerger como Ser?
Te llevará al
mayor y auspicioso propósito que hay en esta vida que es saber quién Eres.
Tienes la oportunidad de poder experimentar y reconocer la Verdad, tuya es la
elección si realmente has sido bendecido por la Gracia de iniciar el camino de
este reconocimiento o dejar pasar esta oportunidad y seguir trabajando lo
efímero e irreal de la persona, que nunca terminará y perder tu tiempo y
esperar a tener otra oportunidad en otra vida. El ser buena o mala persona no
es más que parte del juego, cuando sales del juego te das cuenta que no son más
que dos caras de la ilusión necesarias para seguir perpetuándolo y que todos
jugamos en algún momento a ser ambas caras. Nada de esto importa cuando
descubres al Ser, las historias personales se vuelven en muchas ocasiones
innecesarias y pesadas cuando están tan ancladas en la mente en la mayoría de
las ocasiones. Hablamos mucho de que deseamos un cambio en el mundo y que este
despierte, pero para que esto sea posible lo mejor que podemos hacer es llegar
al reconocimiento y experimentación del Ser en el camino de la Autorrealización,
este es el mayor legado que podemos dejar amorosamente al mundo. Si no
reconoces la Verdad en ti, si no sales de la persona, nada habrá realmente valido.
Cada vez que una
persona despierta y llega al reconocimiento del Ser Verdadero, se desvanece una
parte de la ilusión de este mundo y entra un poderoso rayo de luz. Poc@s son l@s
verdader@s buscadores y que han llegado al reconocimiento experimental del Ser…
¿eres tú o quieres ser un@ de ell@s?
Angélica Galeano
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