DESEQUILIBRIO DEL MASCULINO Y FEMENINO
Durante mucho tiempo, ha habido un gran desequilibrio entre las energías femeninas y masculinas en nuestro planeta; durante siglos, la esencia femenina ha quedado relegada a un plano muy inferior al de la energía masculina, considerándose poco importante. Esto no tiene nada que ver con el género masculino y femenino. La energía femenina al igual que la masculina, es una energía propia de cada persona por el hecho se serlo sin tener en cuenta su sexualidad o género En todas las personas se dan ambas, el problema es que éstas no se encuentran en equilibrio.
Durante mucho tiempo, se ha deshonrado la energía femenina, sobre todo por las grandes religiones imperantes. Esta energía se caracteriza por ser sutil, e implica esencias como la compasión, la dulzura, intuición, fecundidad, creatividad, fuerza creadora, nutrición, acogimiento, protección,… y que erróneamente se ha atribuido siempre como sólo propias de las mujeres.
Nos han hecho creer, que determinadas
esencias o cualidades son sólo propias de un determinado género en menoscabo de
otro. Esto es lo que ha hecho que la sociedad, religiones y culturas, hayan
provocado tanto desequilibrio entre las energías masculinas y femeninas,
renunciando así a nuestra verdadera naturaleza, que como divina que es, está
conformada por ambas energías.
Creo que las grandes religiones, por temor de la importancia de esta energía, han implantado la creencia de que sólo pertenece a las mujeres, y de este modo considerar las cualidades imperantes y propias de ella como de “debilidad”, para así considerar a las mujeres de “rango inferior” a los hombres y poder así por siglos mantener a las mujeres en una situación de dominación, y a los hombres privarles de estas cualidades, para “privarlos” de emociones propias de las mujeres. Ha habido muchos intereses en implantar y permanecer con estas creencias durante siglos. Los gobernantes de todos los tiempos, han aprovechado la ausencia de tales cualidades en los hombres, para así intentar convencerlos de que tenían que ser sólo fuertes y valientes y luchar en guerras y tomas de poder sin emociones ni sentimientos de compasión ni culpas, o para poder aprobar o considerar como algo normal, atentado contra las mujeres considerándolas sobre todo en tiempos antigüos como meras posesiones, pudiendo vejarlas e incluso abusar de ellas. No convenía que pudieran sentir, ni mostrar sus emociones ni sentimientos, porque si no muchos de los que ansiaban esto, perderían su poder de dominación, manipulación y sometimiento, pero ojo tanto de las mujeres relevándolas a un segundo plano, como de los hombres, privándoles de una esencia que también a ellos pertenecía, cerrando así en muchas ocasiones su corazón y por tanto con eso negándose a sí mismos.
Cada vez que un hombre cometía o comete un abuso, se rechazaba o rechaza en sí mismo esta energía, cada vez que considera a una mujer inferior por asociar sólo con ella este tipo de esencia, se está negando a sí mismo. Cada vez que no comparte con su pareja esta esencia, sea una mujer o un hombre (ya hemos dicho que realmente no tiene que ver con la sexualidad o el género) y no reconoce la misma esencia divina en su pareja, se niega a sí mismo, a su pareja y a la perfección real de cada ser humano.
Todo este desequilibrio, está
saliendo en estos tiempos con mayor intensidad a la luz.
Son tiempos propicios de sanación, de sanar cada ser humano de este planeta, del dolor impreso por esto en cada uno de nosotros, ya que nuestro cuerpo tiene registrado “esta culpa”.Muchas energías están moviendo todo ello para que todo salga a la luz y pueda ser liberado tanto dolor por este tema.
Son tiempos propicios de sanación, de sanar cada ser humano de este planeta, del dolor impreso por esto en cada uno de nosotros, ya que nuestro cuerpo tiene registrado “esta culpa”.Muchas energías están moviendo todo ello para que todo salga a la luz y pueda ser liberado tanto dolor por este tema.
El
cuerpo siente físicamente en ocasiones con intensidad, el dolor emocional, y este tipo de dolor está
impreso con fuerza en las células de cada ser de este planeta. Está registrado
en nuestros genes, porque es un dolor profundo por creencias
arraigadas e impresas en nuestro propio ADN, y en todas las culturas. Ese dolor
de negarnos a nosotros mismos, permanece dormido en nosotros hasta que llega el
momento de sanarlo, y mucho de ello se está sanando en muchas personas en estos
tiempos. Las energías entrantes en estos tiempos en nuestro planeta y que está
levantando y moviendo creencias en todos los ámbitos de nuestra vida y que está
despertando a una mayor consciencia en las personas, ha hecho necesario ya que
esto se sane para que de una vez por todas, el hombre y la mujer seamos más
plenos, más reales, más naturales y en esencia por tanto, más nosotros y más
divinos, al equilibrar en nosotros ambas energías.
Es algo que debe sanarse también del inconsciente colectivo, es reconocer al ser humano como un ser lleno de todas las cualidades posibles y capaz de amar incondicionalmente y abrir el corazón independientemente del género .
La sanación de este dolor, da como
resultado que muchas parejas estén decidiendo separar sus caminos y/o
convivencias, al descubrir realmente
aunque sea incluso a un cierto nivel aun inconsciente la verdad de todo esto y buscar relaciones
basadas en otro tipo de principios y energías más acordes a lo que están
sintiendo. También está afectando mucho a las relaciones sexuales, debido a que
se empieza a buscar también otros valores y energías en la sexualidad en la que
haya un reconocimiento y compartir por ambas partes que no siempre se da, a
veves tras las relaciones sexuales muchas personas sienten un vacio que hace
que una de las partes tampoco se sienta ya a gusto o del mismo modo en este
ámbito de su vida, y que a veces da como resultado “falsos trastornos sexuales”
sobre todo por parte de muchas mujeres. Así mismo, en las mujeres este tipo de
sanación, sobre todo si no se es consciente de todo ello para poder sanarlo de
otro modo, se hace de una forma física más brusca, dando lugar a problemas en
el aparato reproductor como quistes de ovarios, tumores, problemas de matriz,
desarreglos menstruales, hormonales, dificultad en temas de fertilidad,… y que
no es sino una respuesta al desequilibrio que se ha mantenido durante tanto
tiempo registrado en nuestro propio
cuerpo.
Es hora de que las personas comiencen a despertar, de que amplíen su consciencia, de que consigamos ser seres más equilibrados siendo capaces de integrar ambas energías, de ser así más amorosos, más auténticos y divinos, de integrar en nosotros lo que en muchas culturas se conoce como el yin y el yang, en resumen, de ser seres más perfectos y que influirá además en todos los ámbitos de nuestra vida y sociedad.
Hombre y mujer así se equilibran, moldean y perfeccionan y son capaces de amarse en todos los sentidos y en la libertad de reconocerse el uno al otro, y con ello una sociedad de seres más perfectos.
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