Todo
está en continuo movimiento, todo se mueve, todo se expande, el Universo entero
está en continuo movimiento y evolución; el movimiento lleva al cambio y a la
evolución y el Universo continuamente se expande y evoluciona en grados y con
ello los seres que lo habitamos.
Todo
es Energía en movimiento y en expansión. La materia misma no es sino energía en
un punto de alta densidad.
En
un principio todo era Uno, todo era Energía Divina pura y amorosa, todo era la
Fuente misma; en este estado, aquí no existía la dualidad, pues todo era
energía pura y perfecta. Pero desde este punto, no hay movimiento y evolución
posible, pues Todo lo que Es ya Es y lo que Es no sabe tampoco cómo llegar a
ser lo que es desde la oscuridad de la ignorancia de la esencia divina de saber
que Es lo que Es.
Entonces,
la Fuente quiso experimentarse a sí misma, a través de su creación, a través
del recorrido desde la oscuridad de no saber quién es hacia sí misma que es la
verdad.
Parte
de su creación llegó así voluntariamente a este mundo, para experimentar, para
experimentarse a sí misma la fuente a través de su creación, y a experimentar a
su vez el alma aquello que fuese necesario para su aprendizaje y evolución,
para que al terminar su recorrido
volviera al reconocimiento de quién es y a la verdad de la Unidad en la Fuente
de toda existencia, y volver de nuevo al origen del Ser quien Es. De este modo
el Universo y la creación misma no permanecerían paralizada, pues podía haber evolución en
todas sus manifestaciones a lo largo del Universo y la creación posibles. Cuando
una parte de la creación evolucionara, todo se vería afectado del mismo modo y
llamado a la vez a la continua evolución. De modo que siempre habría así
movimiento, evolución y expansión.
Desde
este punto, el alma era necesaria como un instrumento maravilloso necesario
para poder vivir en la dualidad, como un recipiente en el que vida tras vida,
se pudiera ir llenando de todas las enseñanzas y aprendizajes y experiencias
necesarias para llegar al final del recorrido del reconocimiento de la verdad
de la Unidad y el Amor que Es.
En
esta dualidad, debía de partir de la oscuridad entendida como el olvido de
saber quién es; en este punto de partida, el alma empezaría a pasar vida tras
vida aprendiendo y evolucionando, y en
esta evolución, muchos aprendizajes pasarían por experiencias o acciones, que
calificamos quizás de “malas, oscuras o no buenas” y para aquellos vinculados a
doctrinas religiosas, de pecado. Sin embargo el pecado no existe, es una
creación nuestra.
Todo
es un aprendizaje y un experimentarse la Fuente que somos todos, a través del
alma y su evolución, por lo tanto nada es pecado, todo es experiencia, no puede
haber pecado en lo que realmente es evolución y pasar de la ignorancia de la
separación a la verdad de la Unidad de lo que Es. La Fuente no puede pecar
porque sería ir en contra de ella y ella lo que hace es experimentarse a sí
misma, no ir en contra de la perfección de lo que Es. Por eso tampoco nosotros
podemos pecar.
Lo
que es o no pecado, es creación nuestra, del hombre y de la mayoría de las
religiones que también son creadas por nosotros, con lo cual ninguna será realmente verdadera ni
realmente falsa, sino creada y resonará esta creación más o menos con cada uno.
Cuando la persona se dá cuenta de esto y toma consciencia de todo ello, generalmente deja de sentirse vinculado con una religión, pues se da cuenta
de que todo realmente es mentira porque es fruto de nuestras propias creencias
y miedos las que las crearon, y que siguen recreando esos miedos a través de
doctrinas y dogmas o estableciendo lo que es pecado, y con ello la manipulación
del hombre y de la verdad, de la divinidad que somos, y de la no necesidad de
intermediarios para conectarnos con la fuente, porque una parte de esa fuente
está en nuestro interior, pues somos la
fuente misma, seres divinos y muy amados como tal por ello desde nuestro propio
nacimiento. Somos valientes, libres para aprender, experimentar y evolucionar y
nadie nos castigará y juzgará con maldad por ello.
El
pecado por tanto no existe, es una gran mentira, y cuando la persona evoluciona
y toma consciencia de su propia naturaleza, de forma natural sus actos se
dirigen hacia eso que siente y sabe que es que no es otra cosa que Amor, y de
forma natural así sus actos se dirigen hacia el Amor que todo es, y no cabe ya
la noción del llamado pecado. De igual modo, ves al otro como una parte
necesaria del Todo, tomas consciencia de quién es y de la importancia de su
parte en el todo y los juicios desaparecen de igual modo. Desaparece el juicio
hacia uno mismo y hacia los demás y entiendes que el otro no está separado de ti,
y que todo aquel que comparte en algún momento tu camino es un maestro y
aprendiz al igual que tú.
La
fuente por tanto, está dentro de cada uno de nosotros experimentando y
sintiendo lo que de otro modo sería imposible, lo hace a través de nuestra
experiencia en la dualidad.
Todos
por tanto tenemos lo que llamamos la chispa divina en nuestro interior, todos
somos dioses y parte del TODO, todos tenemos esa esencia divina, que nos
susurra.
Cuando
tomamos consciencia de ello, podemos empezar a tomar contacto conscientemente
con esa parte real nuestra que es además
nuestra verdadera esencia. Nos guía muchas veces a través de lo que llamamos la
intuición, es cuando nos centramos en el silencio interior, cuando tomamos
contacto con nosotros mismos y nuestra verdadera identidad, cuando comenzamos a
escucharla y nuestra vida comienza a ser más fluida y guiada hacia nuestro verdadero
propósito de estar aquí. Es cuando empezamos a sanarnos, a sanar nuestras
relaciones, nuestras emociones, nuestra vida, cuando empezamos a tomar contacto
de nuevo con nuestro niño o niña interior, cuando recordamos el soñar, el
imaginar y empezamos realmente a crear lo que vinimos a crear en el mundo;
empezamos a saber quiénes somos y comienza nuestro retorno a lo que Es y ello
conlleva también una enorme felicidad y Paz interior, pues en la oscuridad esto
puede parecer que es así, puede hacernos sentir que somos felices, pero no es
más que un sueño ilusorio, una mentira, un vivir en la matrix. A esto muchas
religiones o movimientos espirituales lo llaman despertar, pero esto realmente
es algo inherente a todo ser humano por el hecho de serlo y llegar a
reencontrarse con la verdad de lo que Es, no tiene nada que ver con la religión
ni con pertenecer a un grupo espiritual, es ser la divinidad simplemente que
uno es. Es recordar y conectar con la chispa que todos llevamos dentro.
El
alma por tanto, es también una creación necesaria para vivir en este mundo, en
la dualidad, pero igualmente es una creación, no es real, la única realidad es
ser quien uno es y el Alma no es lo que Es, es una creación. Cuando nuestro
aprendizaje termina y volvemos a la Unidad de Ser quienes Somos, el alma no
tiene razón de ser, en ese estado no puede permanecer.
De
igual modo, podemos decir que la maldad como tal entonces no tiene origen, es
una creación de este mundo, es una creación en el juego de la dualidad. Sólo
puede existir del modo que nosotros la creamos y la recreamos, pero no tiene
existencia propia como tal, al igual que el miedo. Es un estado ilusorio creado
para el reencuentro con la verdadera esencia,
que sirve para la expansión, para la evolución, para el aprendizaje del alma y
de la experimentación de la fuente en sí misma.
Todo
lo que creamos, sea con nuestra mente , con nuestros actos, con nuestra
palabra,… tiene energía, y podemos así crear energía densa, de vibración baja y
que se manifieste en lo que denominamos maldad. Pero esta sólo existe si
queremos, si la creamos y creemos en ella. Es una creación nuestra, que está
bajo nuestro control, no ella sobre nosotros. Por lo tanto en su origen, no
existe.
Llegados
a este punto, la persona entonces puede revelarse en saber que su identidad
como tal es mentira, es engañosa, pues no existimos como tal, somos personajes
de un plan mayor de experimentación y expansión, pero no existimos en sí como
tales , no existe tampoco el pecado como tal, y podemos crear lo que queramos,
incluso maldad, porque siempre habrá la espera de volver al origen. Somos
divinos y somos bellos y somos creadores, al igual que la Fuente.
Dentro
nuestro está la esencia divina, la partícula que es la que inspira nuestra alma
hacia el Amor y la Bondad y que hace que seamos conscientes y entendamos que
somos TODO UNO.
Realmente
no tenemos identidad propia o separada como tal. No existe el pecado, todo es
creencias y mentira.
En
ese preciso momento, cuando realmente sientes esto y tomas consciencia internamente
y de forma real y expandida de ello, es cuando realmente tienes el poder de la
libre elección, aceptas quién eres en verdad y decides comenzar el camino hacia
tu maestría interior o te revelas en el saber de la mentira de esta realidad.
Esto
me recuerda a la figura en las religiones de Lucifer, aquel que viendo que era
hermoso y que era como Dios, no quiso aceptar la verdad de ser una parte de la
Fuente, del Todo y que según las religiones, eligió la separación y el crear
sus propias manifestaciones de densidad y unirse a otros seres de maldad a los
que someter y permanecer en la dualidad y en la oscuridad.
Y
por otro lado Buda, que llegando a la misma conclusión de ser parte del Todo y
alcanzar la iluminación o conocimiento de saber quién era y de todo lo que Es,
decidió abandonar todo e incluso a su familia, (hecho muy juzgado por muchos),
y vivir plenamente desde esa consciencia.
Depende
de cada uno cuando su evolución le
permite ver la realidad de quién es, aceptarlo y la verdad de ser parte de un todo y de TODO
lo Que Es, o no, pues como hemos dicho, somos libres (el llamado libre albedrío)
para decidir y elegir, pues nada está mal en nuestra evolución, porque es eso,
evolución y experimentación, y cuando sea el momento oportuno, el alma estará
preparada para reconocer la verdad de nuestra verdadera naturaleza y querrá
volver a esta verdad de Ser Quien es, al Yo Soy Quien Yo Soy.
Angélica.
Realmente revelador.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Zefe
EliminarUn abrazo!!!
Todo en este mundo es una empecieron falsa, pues somos una creación de Dios, lo único que tenemos que hacer es descubrir la esencia que somos, y todo se desvanecera.Un ABRAZO
ResponderEliminarHola YoSueño, sí, ciertamente así de sencillo y maravilloso.
EliminarUn abrazo :)
Magnífico blog, felicidades. Te invito al mío por si te es de ayuda en tu crecimiento personal:
ResponderEliminarhttp://frasesdedios.blogspot.com.es/
Un abrazo de luz.
Muchas gracias Ana;he visto el tuyo y es magnífico, una forma muy cercana de acercar a Dios a "todos" y todos los campos de la vida, necesario para estos tiempos en los que hay tanta búsqueda y a veces pocas respuestas.
ResponderEliminarMe he hecho seguidora de tu blog, así que ya iré visitando ese espacio que has creado.
Un abrazo