Cuando has iniciado el
camino hacia ti mism@, hacia tu verdadera y única identidad, empiezas a ser
consciente de que la realidad de las cosas es muy diferente de lo que hasta
entonces considerabas como tal.
Empiezas a analizar tu
vida y todos los sucesos y cosas que te han pasado a lo largo de los años, ves
estas situaciones desde una perspectiva diferente e incluso haces diferentes
valoraciones de las relaciones que han formado parte de tu camino, ya sean
familiares, de pareja, de amistad, laboral,… y poco a poco vas sintiendo qué
resuena en ese momento contigo y qué dejó de hacerlo, y que quizás sigues
manteniendo por miedo o temor; el miedo es el obstáculo que muchas veces nos
impide soltar lo viejo y seguir avanzando hacia lo nuevo.
Este se puede disfrazar
de numerosas formas, como remordimientos, nostalgia, sentimiento de pérdida de
identidad,… pero en el fondo todo se reduce a miedo, miedo a perder el control
de la zona de confort en la que te encontrabas, miedo a lo desconocido aunque
tu forma de vivir ya no resuene contigo, miedo a quedarte solo,… en fin, miedo.
Una vez que decides
seguir adelante a pesar de tus miedos y temores, pues hemos estado
programándonos durante mucho tiempo para estar anclados en el miedo y recrearlo
y seguir así creando más juego de dualidad, comienza la aceptación.
Con la aceptación,
comienza la necesidad de cambiar, y lo primero que a veces cambias es lo que
hay alrededor tuyo, cosas externas que consideras que ya no sintonizan contigo
y sientes como una especie de urgencia empezar a sentirte algo más cómod@ con
esto nuevo que sientes, encontrar un espacio al que anclarte y sentirte seguro,
pues de ese modo sientes también más seguridad ante el miedo que como antes
dijimos suele aparecer. Necesitamos además crear espacios físicos acordes con
esto, y podemos redecorar la casa, pintar las paredes de colores diferentes,
empezar a vestir de una manera también distinta y estar parados frente al
armario y no saber qué ponernos porque incluso la ropa nos parece ya algo ajena
a nosotros.
Simplemente estamos
redescubriendo de nuevo nuestra verdadera identidad, redescubrir qué nos gusta,
qué nos hace sentir bien y seguros, qué nos hace estar bien con nosotros mismos,
y mientras nos alineamos interiormente, necesitamos también
hacer lo propio con lo externo.
A veces nos ocurre
también incluso con la comida, y empezamos a no saber muy bien qué es lo que
realmente nos gusta y qué no, cambiando incluso de hábitos alimentarios.
Como decía esto no es
sino una manifestación externa del encuentro interior con nosotros.
Cuando comenzamos el alineamiento
con nuestro Yo, empezamos a ser conscientes de muchas de las mentiras que han
formado parte de nosotros y de nuestras vidas, y que como ya comenté en
entradas anteriores, son fruto de muchos condicionamientos y programaciones
tanto a nivel celular como a nivel social, familiar y cultural entre otros.
Entonces sentimos en
nuestro interior la inminente necesidad de empezar a entender el por qué de
nuestras emociones, de nuestra manera de actuar, de reaccionar y cómo podemos
liberarnos de ellas y sanarnos así a nosotros mismos, buscando como fin además
la propia felicidad.
Al principio sentimos
la necesidad de analizar las emociones y el buscar un por qué a todo, todavía
nos dejamos llevar demasiado por la mente analizadora que necesita respuestas
para tranquilizarse y de nuevo alejarnos del temor y del miedo.
En esta fase incluso
necesitamos sentir y experimentar esas emociones de forma intensa, con lo cual
muchas veces sufrimos innecesariamente de nuevo el dolor de esas situaciones
porque traemos el recuerdo y la energía del dolor de aquello que ya pasó,
necesitamos incluso sufrir inconscientemente de nuevo esas experiencias, para
sentir la seguridad de que así quedan liberadas. Para ello podemos muchas veces
recurrir a diferentes técnicas de liberación emocional.
También es usual que
nos apuntemos a numerosos cursos, conferencias y grupos “espirituales”, que a
veces nos pueden incluso confundir más o hacernos sentirnos más culpables con
nosotros mismos por no poder liberar y sanar tanto como lo hacen otros o como lo que se consideraría apropiado en
una persona que pertenece a un grupo de meditación o espiritual.
(He conocido a
bastantes personas que les ha ocurrido esto)
O creer que es
necesario pasar largas horas en meditaciones profundísimas y que el contacto
más sencillo con nuestro interior estando en paz, respirando y tranquilos ya no
es suficiente.
Nos sentimos felices
cuando después de a veces días o semanas de liberación de estas emociones y
energía densas, nos sentimos vacíos de ellas y vemos que el esfuerzo y el dolor
han merecido la pena, y sentimos como si tuviésemos una descarga enorme de
adrenalina que nos empuja a decir "yo puedo con todo, quiero liberar más", y por
supuesto del mismo modo doloroso, resintiéndose además nuestro cuerpo físico
enormemente con multitud de síntomas cada vez que vamos quitando y limpiando
una capita emocional más, resintiéndose con ello partes específicas de nuestro
cuerpo.
Después de quitar
muchas de estas capas de dolor emocional, podemos entrar en otra etapa
diferente en la que empiezas a ser consciente de que no es necesario recrear
las experiencias dolorosas para ir sanando tus emociones. Comienzas a
aceptarlas sin entrar ya en análisis de el por qué de esta emoción o el por qué
de aquella otra.
Comienzas a querer
liberarlas y la raíz de ellas pero sin importar ya demasiado el motivo que las
originó, la mente aquí necesita saber menos, los egos están más calmados, y
simplemente puede que aceptes lo que llega a tu vida como experiencias que tú
atraes porque son necesarias para tu propia evolución y sanación, las ves como
oportunidades para crecer y a través de la aceptación, de observarte a ti mism@
y estar centrad@, vas logrando sanarlas, sobre todo recurriendo a muchos
momentos de profundo silencio interior, paz, estar lo más posible en el momento
presente (es la única realidad), dándote mucho Amor a ti mism@ y compasión y a
las personas que intervienen en el juego del aprendizaje, que también he
comentado en entradas anteriores ( aprendiz – maestro), hacia tu propia maestría
interior.Aquí también puedes recurrir a técnicas más sencilla y fluidas que no implican
experimentar de nuevo los hechos que provocaron las emociones ni el dolor,… y
así intentamos lograr encontrarnos más a nosotros mismos, nuestra verdadera
identidad y nuestra versión mejorada.
De este modo, vamos liberando
nuestros viejos patrones, creencias, memorias celulares, egos, miedo y dolor y
nos vamos sanando a nosotros mismos y al mundo.
Así podemos y de hecho
creo que lo estamos haciendo, pasar toda la vida, pues cada vez que damos un
pasito más en nuestra propia evolución, vamos encontrando, eso sí de forma más
rápida, que estamos ya sanando otra capita más profunda.
Llegados a este punto
en el que creo que nos encontramos muchos, he sentido muy profundamente que
realmente NO NECESITAMOS SANAR NADA.
Como digo, de manera
profunda, siento que realmente es nuestro ego, nuestro aspecto humano, el que
tenemos ahora mismo, el que piensa esto y por ello actuamos así.
El aspecto humano que
ahora poseemos, como parte de este juego de dualidad en el que nuestra alma participa adquiriendo determinadas experiencias para poder evolucionar, siente la
necesidad de que debe sanar las emociones y egos que aún no logramos sanar, que
debemos llegar a alcanzar un punto en el que toda emoción y ego desaparezca
para poder encontarnos así con nuestra verdadera identidad que comenzamos a
buscar, como digo al principio de esta entrada.
Sentimos la necesidad
de mejorar, de “ser mejores” para poder alcanzar cierta “iluminación o estado
perfecto” propio de toda persona que comienza con la búsqueda interior y que le
lleva al camino espiritual, y a veces se convierte incluso en una carrera por
subir peldaños evolutivos que sólo sabemos que nos llevarán a un espacio, seguro magnífico, y a veces con mucho esfuerzo.
El primer error es
intentar evolucionar o subir a través del esfuerzo, porque eso supone dolor y
el dolor es ajeno a realmente un proceso evolutivo en el que lo realmente
fundamental es el AMOR con mayúsculas, y Amor hacia uno mismo, los demás, el
mundo e incluso a lo que llamamos el proceso.
Por otro lado siento
también, que realmente es el ego de este aspecto nuestro el que nos dice que
hay algo malo en nosotros y que debemos sanar todo eso malo que nos impide ser
buenos, merecedores y perfectos.
No quiero decir que no
está bien sanar las emociones, ser buenos con nosotros mismos y con el mundo y
buscar la felicidad (hablo de los conceptos “bueno” y “malo” para poder
explicar bien lo que quiero decir, pero son términos para mí subjetivos y que no
existen como tal), porque precisamente no hay nada malo en hacer esto ni
tampoco malo en no hacerlo, simplemente siento que nosotros somos ya PERFECTOS.
Si realmente somos
capaces de vernos de verdad, de ver eso que queremos “llegar a ser” dentro de
nosotros, y de reconocerlo en nuestro interior, si conectas en silencio con esa
parte tuya divina olvidada y que es tu YO SOY QUIEN YO SOY, te das cuenta de
que realmente eres perfecto, eres divino y no tienes que sanar absolutamente
nada, pues todo está bien; recuerda que esto no es más que un juego al que
voluntariamente decidimos jugar, y que vida tras vida seguimos jugando porque
así queremos y lo decidimos para realmente llegar a encontrarnos con nosotros
mismos y con nuestra verdadera identidad, que es Yo Soy Quien Yo Soy, y que por
tanto este juego es el que hace que nos identifiquemos erróneamente con este
aspecto humano nuestro que ahora mismo tenemos, pero que no es sino un
personaje más en nuestra experiencia álmica, pero que no es realmente nuestra
verdadera identidad, y este aspecto es el que siente la necesidad de sanarse y
siente egos porque realmente debe ser así, ya que está jugando a la perfección
su papel de vivir en la supuesta separación, en la dualidad, y que será así
mientras vivamos dentro del juego, pero realmente tú Yo Verdadero no debe nada,
no necesita ser nada, es Libre y Perfecto, no hay nada malo en EL o ELLA, y no
debe hacer otra cosa que vivir desde esta consciencia y ser ejemplo viviente de
ello.
El ego, este aspecto
humano que vive con nosotros jugando, es el que siente esta necesidad de
sanación y es el que debe sanar, pero realmente lo que estamos haciendo es
seguir con las reglas del juego, y no podremos así liberarnos del Ego ni
realmente poder evolucionar, porque lo que hacemos de verdad es sanar partes
del ego, pero es ego, y este estará siempre que estemos jugando la partida de
la separación.
Por supuesto, nuestro
aspecto humano seguirá con su proceso de liberación y sanación, pero la diferencia es el ser conscientes que es
nuestro ego el que necesita esto, y que aunque lo hagamos si somos conscientes
de que esto no somos nosotros, de que
realmente no necesitamos sanar nada y de que somos libres además para hacerlo
si queremos y seguir en el juego, o no, porque nadie y ni siquiera ya nosotros
desde esta consciencia nos juzgaremos, es lo que realmente nos hace seguir el
juego pero sin vivir en él, realmente nos hace LIBRES y felices, nos hace ver por lo menos una
parte de la verdad de quiénes somos, y vivir de una forma más continua en la
Confianza y la Gratitud.
Excelente artículo, es precisamente lo que estoy experimentando en estos momentos.
ResponderEliminarGracias!!!
Muchas gracias a tí Roberto!!!
ResponderEliminarme alegro mucho si sientes esto, porque imagino que te sentirás muy bien sintiendo que nada hay realmente que sanar y LIBRE
Un Saludo
Angelica muy lindo su blog y de un desarrollo espiritual profundo,es cierto todo; sus apreciaciones son hermosas, venimos a este mundo a crecer, a ensenar y a recibir ensenazas.
ResponderEliminarMuchas gracias,
ResponderEliminarUn saludo
Amiga Angelica, siempre iluminas...Gracias...Gracias..Gracias!!! Abrazos de Gratitud.
ResponderEliminarGracias a tí Geli por pasar por este espacio y dejar tu aportación!
EliminarAbrazos de Luz para tí
Hola Angelica, estoy realmente impresionada. Acabo de escribir un libro que se llama IRB, Transforma el miedo en Amor, que tiene conceptos idénticos a los que estoy leyendo en este momento en tu Blog. Es la confirmación absoluta de que la información es una sola y somos diferentes puntos energéticos ubicados en todas partes del planeta, expandiéndola para lograr la masa crítica que necesitamos para vivir en la Nueva Tierra. Me encantaría conocerte y saber más de ti. Dónde estás? en qué parte del planeta resides? esta es una revolución y que rico que en unión podamos acelerar este proceso de transformación tan maravilloso. Ahora, estoy cumpliendo mi propósito de dictar seminarios por todo el mundo, para que esta información de Perfección, de no hay nada que sanar, de activar nuestro ADN a la más pura Divinidad, sea una realidad más allá de la teoría. Me encantará conocerte más de cerca y poder seguir en contacto. La causalidad de la vida buscando una imagen, me trajo a tu Blog. Si te resuena este encuentro, por favor contáctame a través de Facebook https://www.facebook.com/ximenaDuqueValencia, o escríbeme a ximena@koradi.co Un abrazo en el Infinito Amor del índigo
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